jueves, 3 de noviembre de 2016

CONSEJOS PARA UNA ENTREVISTA

Busca un aspecto correcto

En esta sociedad las cosas siguen entrando por los ojos, y, aunque no tenga nada que ver, un primer juicio de valor siempre se hace en base al aspecto. Por ello es tan recomendable presentar siempre un aspecto pulcro, arreglado y aseado. Cuando queremos comprar algo el aspecto del vendedor nos infunde confianza o sospecha, y de ello dependerá que al final compremos o no. Pues bien, en una entrevista de trabajo vosotros sois los vendedores y el producto.
Conoce tu propio Curriculum

Cuando vas a una entrevista suele ser porque ya has pasado una primera criba con tu Currículum Vitae, pero eso no significa que no te vayan a preguntar acerca de él. Por eso, tendrías que ir preparado para contestar a todo tipo de preguntas, incluso algunas que tienen su respuesta en el CV. Esto es muy fácil de hacer, basta con ir repasando punto por punto, con el CV delante, pensando en cómo podrías extender la información que ofreces, qué más datos pueden resultar interesantes, qué puede despertar la curiosidad del entrevistador...

Piensa en todo lo que aparece escrito, ¿cómo fue la estancia en la Universidad, o en el Instituto? ¿Dónde, cómo y por qué conseguiste esas otras habilidades y/o conocimientos que no forman parte de la vida o el temario académico normal? Para todo esto y más tienes que tener una respuesta.

Habla con claridad y corrección

No es tan difícil, y en ocasiones puede incluso arreglar una primera impresión negativa. Recuerda que estamos hablando del mundo laboral, y tú estás tratando de vender una idea, la idea de que eres óptimo/a para ese puesto. Eso incluye el concepto de que sabes expresarte, y saber expresarse significa no sólo hablar con un tono claro y seguro, y con confianza, sino también utilizar un lenguaje correcto. Las palabras coloquiales déjalas para cuando lleves un tiempo en la empresa y conozcas hasta dónde puedes llegar y hasta dónde no con tus compañeros o superiores.

Sé también preciso, no te explayes dando información que no te ha sido preguntada. Ve siempre al punto, al quid de la cuestión. Nada de detalles vagos. Sólo se responden de forma abierta las preguntas abiertas. Pero si te preguntan algo concreto, responde algo concreto.

Por último, sé amable. Tienes que mostrar que te puedes integrar en la empresa, que vas a congeniar o que es fácil congeniar contigo, que tu entrada no va a suponer problemas de adaptación ni para ti ni para tus futuros compañeros de trabajo.

Controla tus gestos

Es normal estar nervioso/a ante una entrevista de trabajo, pero piensa no te van a preguntar nada que no sepas. Son muchos los gestos que denotan nerviosismo, pero tampoco te tienes que preocupar por eso, ellos ya saben que estás nervioso/a; buscan otras características en tu personalidad. Tienes que ser una persona segura de ti misma, y saber exactamente quién eres y qué es lo que quieres. ¿Qué más tienes que saber?

No cruces ni brazos ni piernas. Eso es adoptar una postura defensiva, parece que te tienes que cubrir de algo. Como obviamente no tienes miedo del/ de la entrevistador/a, a lo mejor temes que él o ella descubra algo que quieres ocultar. 

Sonríe. No te quieren contratar por tu simpatía, pero si el ambiente lo permite, no tienes porqué estar serio/a. Tienes que ser una persona de fácil trato que se va a integrar en su empresa. La depresión puede ser causa de baja médica, pero ninguna compañía ha tenido que perder nunca horas de trabajo de uno de sus empleados/as por su alegría o simpatía.

En conjunto, tienes que mostrar respeto, atención, confianza, interés, y facilidad de trato. El puesto de trabajo es importante para ti, y también lo es quien te entrevista.

Sé tú mismo/a

Aquí viene la contradicción. ¿No te acabamos de decir qué es lo que tienes que hacer? ¿Significa eso que todo lo que acabas de leer es mentira?

No. Tienes que hacer todo lo anterior, pero sin olvidar nunca quién eres. Tu experiencia, conocimientos o, simplemente, interés, te hacen la persona adecuada para ese puesto. Tienes que transmitir esa idea, pero en tu trabajo está siempre incluida la posibilidad de mejorar, y sólo lo vas a conseguir si te gusta lo que haces. Quien te entrevista no quiere que le des la razón como a los tontos, sabe que puede escuchar alguna respuesta que quizá no le guste del todo, pero si te das cuenta de eso, tienes que ser capaz de convencerle de que tienes la suficiente capacidad e interés para hacer que eso no represente un problema. 



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