martes, 3 de enero de 2017

EXPLOTACIÓN LABORAL



Lola, la directora de una sucursal de trabajo temporal recibe una misteriosa llamada a última hora de la noche. Es su “jefe de zona” que necesita urgentemente hablar con ella: Los despidos improcedentes se están disparando con el consiguiente gasto en indemnizaciones para la empresa. Así que o se ataja esta situación, o la sucursal de Lola tendrá que cerrar.


Este corto pretende dar un considerable repaso a las condiciones actuales del trabajo asalariado, señalando la labor de precarización de las empresas de trabajo temporal, la prolongación fraudulenta de las jornadas de trabajo o la estructural transmisión de la presión hacia abajo en toda la escala jerárquica de la empresa. Pero hay dos asuntos que trata con especial acierto y atención. El primero, la utilización por la empresa de la competencia por un trabajo cada día más escaso. En un tiempo, ya largo, en el que vemos cómo se está produciendo el desmantelamiento de las conquistas laborales que protegían al trabajador, con las consiguientes revueltas sociales y la tímida oposición de los sindicatos mayoritarios, la película nos muestra cómo en lo cotidiano este ataque va muy por delante de las polémicas reformas que sucesivamente se aprueban. El instrumento para ello es la especulación con la escasez de trabajo por parte de aquellos que tienen en su mano la decisión de contratar o no, la generación de listas negras con aquellos trabajadores que no se muestran sumisos, que pretenden reclamar los pocos derechos que les van quedando y que no están dispuestos a renunciar a ellos. Una actitud mafiosa que recupera prácticas de principios del siglo pasado y que no encuentra ninguna oposición ni persecución por parte de los estados. En pocas palabras, la cosa se traduce en “si quieres volver a trabajar, firma”.
Curiosamente, este comportamiento empresarial que busca la reducción de costes por encima de todo, como método para aumentar las ganancias, produce un efecto maquiavélico en el trabajador, ya que a la hora de elegir a quién despedir en un momento determinado, no se atiende a razones de productividad o calidad del trabajo, sino puramente a cuestiones de balance económico. Entre dos trabajadores cuyo coste de despido sea similar, se sacrificará al más debil, al más sumiso, al que asume renunciar a lo que la ley le otorga, en definitiva, al que está dispuesto a firmar.
ACTIVIDAD
Describe en pocas palabras lo que te ha inspirado el corto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario